Hace un tiempo atrás, mientras recorría una muestra de fotografías de naturaleza, me detuve en el comentario de una pareja de jóvenes que, al detenerse en una de las fotografías expuestas exclamó: esta foto esta super editada.
La imagen que generó esta exclamación, casualmente es un fiel reflejo de su archivo crudo o RAW como solemos decir los fotógrafos y el efecto que se observa fue conseguido en la toma, sobre-exponiendo y aprovechando una fuerte tormenta de viento que levantaba la arena blanca de la costa de Malvinas y que desdibujaba todo a su paso.
Archivo sin editar. Toma sobre-expuesta, el viento volaba la arena blanca y generaba el efecto difuminado
Archivo editado en Lr
El comentario al que aludo, no hace más que reflejar la concepción generalizada que se tiene sobre la construcción fotográfica, en donde se entiende que casi todo lo que se ve es producto de la edición digital. En la actualidad, muchas de las imágenes que vemos son construidas parcial o totalmente mediante programas de edición o a través de la inteligencia artificial, tecnología que está al alcance de todos. Hoy podemos sacar o colocar elementos, modificar las dominantes de color, sobre-exponer o sub-exponer una foto y hasta cambiar los cielos y los fondos de la escena a gusto y en pocos minutos.
Archivo sin editar. Toma con balance de blancos cálido, matiz hacia los rojos, baja velocidad y lente catadióptrico
Archivo editado en Lr
Pero hay quienes gustan de trabajar las imágenes en terreno, eligiendo en el “momento fotográfico” cuál va a ser su mejor composición, de dónde y hasta dónde tomar el encuadre, qué elementos son necesarios incorporar para la narrativa visual que se está construyendo y cuales evitar, cuál va a ser la dominante de color para enfatizar el mensaje, si la iluminación frontal o el contraluz funcionarán mejor para ese motivo en particular, etc. Hay quienes regresan al lugar del escena hasta conseguir la luz que necesitan, para por ejemplo poder sobre-exponer o sub-exponer la toma y resaltar al sujeto eliminando el fondo distractivo, hay quienes regresan al sitio de trabajo tantas veces como haga falta hasta encontrar ese cielo que creen que debe tener la foto y llevan en sus mochilas todos los elementos que podrían utilizar para trabajar la imagen, representando lo que sienten y creando el concepto fotográfico de lo que desean trasmitir en la cámara.
Archivo sin editar. Toma en contraluz y sub-expuesta
Archivo editado en Lr
Y así van construyendo minuto a minuto la foto que imaginan, evaluando y decidiendo los recursos técnicos que deben utilizar, eligiendo una velocidad de trabajo determinada, seleccionando el tipo de optica a emplear, el o los filtros a usar, si es necesario agregar luces de relleno, cambiar de lentes durante la toma, trabajar con doble enfoque, realizar movimientos intencionales, o hacer múltiples exposiciones, para finalmente crear una foto que refleje lo que tienen en mente.
Al construir la foto en terreno, el trabajo de edición termina siendo muy básico, en donde se corrige ligeramente el encuadre, contraste, saturación, luces y sombras, haciendo un poco de “maquillaje” sobre la imagen, pero manteniendo el espíritu de lo creado en cámara.
Archivo sin editar. Toma con balance de blancos cálido y lente catadióptrico
Archivo editado en Lr
Hoy tenemos una gran cantidad de imágenes construidas mediante procesado digital y cada vez surgen más programas de edición para hacer de este proceso creativo algo muy fácil y rápido de ejecutar, hasta podemos hacerlo desde celulares. La edición fotográfica está tan difundida y su uso es tan masivo que se entiende que casi todo lo que se ve es producto total o parcial mente de creación digital.
Archivo sin editar. Toma sub-expuesta y uso de flash de relleno con difusor
Archivo editado en Lr
Es por ello que es necesario aclarar cuando las fotos se ha construido en terreno, para evitar esta interpretación errada y generalizada, para dirigir al espectador hacia una búsqueda que va más allá de la simple contemplación de la imagen, induciéndolo a preguntarse cómo pudo haber sido construida la foto que está mirando, cuál puede haber sido el detrás de escena. Es importante poder comentar el desafío que ha sido llegar hasta el sitio de la toma cargado de elementos de construcción narrativa (lentes, filtros, flashes, accesorios) y realizar este proceso de toma de decisiones in-situ, sumergido en heladas aguas, o parapetado por horas detrás de un arbusto agazapado incómodamente para no ser detectado, o colgado de un risco, o rodeado de insectos, o acalorado, o congelado, soportando lo que el clima ha definido para ese día o lo que el sujeto a fotografiar permite y aun así mantener la mente y la cámara conectadas, alcanzando en la intemperie silvestre el concepto de lo que se quiere transmitir, una obra intencionada y con estilo propio.
Archivo sin editar. Toma sobre-expuesta aprovechando el día nublado y la bruma ambiente
Archivo editado en Lr
Más allá de cómo cada uno construye sus imágenes, todos los fotógrafos a través de la subjetividad de la visión personal y de la decodificación cognitiva que hacen de la escena, buscan comunicar, sensibilizar y conmover al espectador a través del impacto visual de su obra.
Algunos alcanzan la narrativa fotográfica trabajando en el campo y otros frente al ordenador, ambas actividades merecen el mismo respeto y son muy importantes, porque en resumidas cuentas aportan a la construcción colectiva del arte visual que nos dignifica como sociedad, aportan al conocimiento y en el caso de los fotógrafos de naturaleza a la empatía con el ambiente natural y la necesidad de su cuidado.
Archivo sin editar. Toma sub-expuesta con balance de blancos cálido y matiz hacia los verdes
Archivo editado en Lr
En mi caso personal, elijo la construcción de las fotos en terreno, ya que frente al paisaje que me deslumbra hasta las lágrimas, al divisar esa especie que tanto admiro y he esperado, al descubrir esas flores que desconocía, al contemplar esos sitios tan silvestres o al ver la destrucción de los ecosistemas es donde “siento la foto”, donde conecto con la naturaleza, donde mis emociones quedan a flor de piel despertando mis sentidos e imaginación, donde finalmente todo este coctel de emociones me sacude y termina reflejado en la fotografía que construyo, donde después de trabajar por horas en la cámara para conseguir esa foto que busco me quedo con el dulce sabor de haber disfrutado tremendamente ese momento y de alguna manera hacerlo un poco mío.
Archivo sin editar. Toma sub-expuesta con balance de blancos cálido y matiz hacia los verdes
Archivo editado en Lr